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Mar del Plata: buenos vinos para acompañar el frío
La ciudad balnearia fue sede de la Expo Di Vino, que además de expositores y charlas de las mejores bodegas tuvo su lado B con almuerzos y fiestas.
(PBA) En Mar del Plata flota una sensación de que el invierno -que se extiende más allá del calendario- la vuelve casi una ciudad muerta, lo cual, visto con ojos de visitante, es difícil de creer. Mar del Plata y sus alrededores son absolutamente convocantes por su belleza y justamente es en invierno cuando se la puede recorrer libre de las multitudes veraniegas. Esto lo entendieron los amigos de la revista Di Vino, encabezados por Martín Deriu y Matías Gerino que, junto con Sebastián Napolitano y Ricardo Mastai, armaron un equipo capaz de montar y hacer transcurrir con éxito la Expo Di Vino los pasados días 29 y 30 de septiembre, que se desarrolló en un marco espectacular dentro del Hotel Sheraton de nuestra icónica ciudad balnearia.
Fue una agradable sorpresa ver que si bien no estaban todas las que son, eran excelentes todas las que estaban. Para donde uno mirara veía a López, Catena, Luigi Bosca, Achával Ferrer, Atamisque, Bodega del Desierto, Bressia -con Walter, su cabeza, presente y recorriendo el salón constantemente-, Chakana, Clos de Chacras, Colomé, Costa y Pampa -que no podía faltar porque era casi dueña de casa-, Fin del Mundo, Los Noques, Jean Rivier, Rutini, Super Uco, Tempus Alba, Zuccardi, entre muchas otras y las mencionadas lo fueron por orden alfabético.
Se organizaron de tal forma que había inscripción previa, lo cual evitaba ese deambular que suele suceder cuando no la hay, lo que produce un constante y molesto abrir y cerrar de puertas. Y allí nuevamente los nombres fueron los adecuados para cada tema. Por ejemplo, escuchamos a Carola Tizio, a Nicolás Angelini, a Walter Bressia, a María Mendizábal, a Daniel Massera, Gabriel Michelini, Agustina de Alba, y varios más que se sucedieron durante los dos días de la expo, siempre a sala llena.
Un mediodía de sol deslumbrante, hubo un almuerzo-debate en el Parador Waikiki, construido en altura sobre la playa, con una vista espectacular. Fue secretísimo y por eso lo apartado y discreto del lugar. Pero se sabe que nada es secretísimo si se sienta un periodista en la mesa y por eso ahora sabemos que estuvieron presentes Gabriela Celeste, Walter Bressia, Gabriel Michelini, Carola Tizio, Alejandro Martínez Rossel, Agustina de Alba entre otros. Almuerzos agradables si los hay, hasta que un inoportuno tiró a rodar en la mesa la siguiente pregunta: ¿si una empresa industrial o de servicios no comparte su gerente comercial o el de producto con la competencia, por qué lo hacen muchas bodegas con sus enólogos? Los compromisos del off the record impiden profundizar en el desarrollo de este pequeño encuentro. No pocos optaron por retirarse silenciosamente, maldiciendo la hora -o no tanto- de haberse sentado en esa mesa caliente.
La respuesta de público demostró que los marplatenses no estaban invernando. Por si quedaban dudas, una cena en el restaurante danzante “Bruto”, también mostró que no esperan a que llegue el verano para divertirse y pasarla bien. Está muy bien que en el interior, como ya viene pasando en Rosario, dicho sea de paso, se monten estas vidrieras donde las bodegas puedan mostrar sus propuestas. Pareció, y así les fue dicho a los organizadores, que Mar del Plata da para más de estas actividades. ¿Se animarán a un nuevo montaje? Ojalá.
Estamos en temporada de alcauciles y varios restaurantes de Buenos Aires lo celebran con platos estupendos con estos productos. Hasta ahora la mejor oferta ha sido la Tomo 1, donde Federico Fialayre no para de crear. Pero también el Bistró de la Alianza Francesa de la avenida Córdoba al 900 se lleva sus honores, donde Patricia Courtois parece que se propone llegar a ser considerada la reina del alcaucil. Dos propuestas imperdibles, para un producto de estación corta, así que hay que aprovecharlo cuando aparece.
El run run que circula acerca de que será un año de mucha presencia de vinos rosados, pareciera confirmarse con la propuesta que hace la bodega Andeluna con su Andeluna 1300 Malbec Rosé 2016. El enólogo de la bodega, Manuel González, eligió este tipo de vinificación de las uvas malbec, que técnicamente se denomina “escurrido” (siempre es bueno manejar estos términos a la hora de tomar un rico rosado con amigos), pensando en un consumidor exigente. No hay que esperar al verano para probarlo, hoy mismo, acompañando una rica pasta, se puede apreciar que tiene una armonía perfecta con este tipo de comidas. Recuerde, los vinos rosados de calidad no son el resultado de la mezcla de uvas blancas y tintas.
S.C.
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