Buenos Aires, 07/11/2024, edición Nº 3731
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Internet y las opciones para definir la sexualidad de los usuarios

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Diferentes plataformas como OkCupid o Facebook han ampliado las posibilidades de los usuarios a la hora de especificar su identidad.
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Internet ganó a la letra impresa burocrática el día que entendió que la cuestión sexual no se resuelve como plantea el DNI, poniéndole un M a los hombres y un F a las mujeres, y remató la jugada cuando amplió el terreno de juego más allá del espectro gay-o-hetero. La discusión sexual binaria parece desplomarse en Internet tanto como el bipartidismo político en España.

Es el caso de la web de citas OkCupid, que ha decidido brindar un casillero considerable para especificar tanto el género como la opción sexual de sus usuarios. ¿Heterosexual? ¿Transexual? ¿Gay? ¿Bisexual? ¿No-necesariamente-ninguna-de-esas-opciones? ¿Depende-de-tantas-cosas? La web ofrece también demisexual, heteroflexible, homoflexible, pansexual, queer, probando e incluso sapiosexual. Dentro de cada una de estas, hay aún más opciones. Además, permite añadir más de uno de estos tags (hasta cinco) en casos fronterizos o de duda. Hace unos meses, Facebook también añadió medio centenar de términos para seleccionar la orientación y el género. Incluso personajes tan esquivos e inclasificables en la materia como el cantante británico Morrissey podrían llegar a encontrar su mejor definición.

¿Por qué la gama de posibilidades es ya tan amplia como los cientos de formas de decir la palabra blanco que tiene un esquimal? ¿Por qué a veces leer sobre sexualidades parece más un horóscopo con una lista seria? Hay quien dice que la gente confiesa más detalles en entornos como los de la Red. Pero es importante recordar que Internet no inventa las sexualidades; les da visibilidad. Este el nuevo mundo en el que estamos viviendo y, para ir acostumbrándonos a todas las opciones, aquí una pequeña guía con muestras:

Demisexual
Dícese de quien solo siente atracción sexual si existe una conexión emocional con la otra persona. El vínculo puede no ser necesariamente romántico. El deseo puede también brotar gracias a una amistad genuina.

Sapiosexual
Dícese de quien puede sentirse atraído por cualquier ser humano, siempre que este tenga un coeficiente intelectual superior a la máxima velocidad permitida a los coches en las autopistas. O, dicho de otro modo, quien se excita con las conversaciones inteligentes, huye del cortejo rutinario y se enciende con mentes audaces. La etiqueta da la razón al cineasta gamberro John Waters, que decía: “Si vas a casa de alguien y no tiene libros, no te acuestes con él” (él lo decía con otras palabras, de hecho).

Sexualidad fluida
Dícese del tipo de orientación sujeta a eventos vitales, coyunturas e impulsos según la época. Rich Savin-Williams, director del departamento de sexo y género en la Cornell University, afirma que a la gente joven le gusta la fluidez en las etiquetas. Que hace tiempo que ha rebasado la dicotomía binaria para abrazar sexualidades más complejas. Eso mismo opina Mike Maxim, uno de los responsables de OkCupid, que considera que a pesar de no responder a un mercado enorme, esas categorías no deben ser obviadas.

Lumbersexual
Dícese del sujeto que atrae sexualmente gracias a su aspecto rudo de trabajador en un aserradero de Oregón (aunque viva en un barrio de moda de una gran ciudad). La nomenclatura sexual en Internet está sujeta también a los movimientos pendulares de las tendencias. Si antes se ensalzaba al hombre metrosexual, sin sofocos para admitir un mimo obsesivo de su salud e higiene (cremas, depilaciones, etcétera), ahora parece tomar terreno elleñasexual, un tipo más bien rudo con aspecto de leñador. Algunos ven la conexión con la barba y las camisas de cuadros de los hipstersmientras que otros subrayan su relación con el aspecto más oso de los entornos gais. Normalmente, son urbanitas que sueñan con regentar una granja, aunque hay quien los acusa de que quizás no sabrían desplumar un pollo o empuñar un taladro para colgar un cuadro en casa.

Spornosexual
Dos décadas después de que el periodista inglés Mark Simpson acuñara el término metrosexual, el spornosexual es su versión narcisa, empleada a veces con un puntito de distancia irónica, en el entorno de las redes sociales. Lo es quien se esmera en marcar su tableta de chocolate con la vocación de enseñarla generosamente publicandola gratuitamente (en todas las acepciones del término)selfies en Internet. La etiqueta permite (y alienta) una lectura paródica del fenómeno.

Bicurioso
Dícese de quien muestra cierta curiosidad por explorar esporádicamente alguna relación con alguien del sexo que no tiene como prioritario. Se trata de una especie de mutación sutil, anónima y, dicen que, más predominantemente femenina de la clásica bisexualidad. Existe también el término heteroflexible, que se podría distinguir del bicurioso, por lo visto cada vez menos en boga, por unas cuantas discusiones más bien bizantinas (la clave está en si lo que mueve a la acción es la mera curiosidad o no).

Arromántico
Dícese de los que, al margen de sus pulsiones sexuales, nunca regalarán flores ni darán sorpresas a la salida del trabajo de la persona deseada. Birromántico es si harán precisamente todo eso con personas de ambos sexos. Y heterorromántico y homorromántico, si dedicarán a su opción favorita grandes escenas de comedia romántica. La lista sigue: panromántico, transromántico, polirromántico…

Extra: los amantes de las zapas
Más allá de la posibilidad de afinar la orientación o las preferencias sexuales, abundan webs especializadas en parafilias (patrones sexuales en los que el placer no se vocaliza en la cópula, sino en objetos y actividades aparentemente tangenciales) que podrían servir como tema para películas de directores amantes del parcialismo (en el caso del cineasta aragonés, los pies) como Luis Buñuel. En realidad, se habla ya de algunas parafilias típicas de internet, que son las que encuentran mayor público en la red porque resultarían difícilmente confesables en público en la vida real y porque tienen más que ver con el juego de roles (y de identidades).
Sneaker-Planet, por ejemplo, es desde hace tiempo la mayor web dedicada a la obsesión por las zapas. Incluye subcategorías por marcas (el posicionamiento según la marca que se consume es algo muy de la generación hipster, al fin y al cabo): Converse-Fetish, Keds-Fetish y Sneaker-Girls. Incluso incluye instrucciones para masturbarse con las suelas de goma de estos tipos de calzados.
Otras exploran el complejo 2D, una suerte de fetichismo sexual que se centra en la atracción de personajes de ficción de tebeos, series de manga, literatura pulp o videojuegos (Pokemon es uno de los más deseados). Entre la pornografía y el arte erótico, también funcionan bien otras como FurAffinity (el gusto por el pelo de los peluches abunda) o deviant ART. Tanto en estas como en otras webs (F-List, e621, Eka’s Portal, Giantess World… la lista cambia, porque a menudo son clausuradas por sus contenidos) se dan rienda suelta a gustos por lo micro/macro (el juego de dimensiones) o el Scat (derivado de la cropofilia). En realidad, internet solo permite dar rienda suelta (con algunos matices de actualidad) a parafilias clásicas como la clismafilia (placer mientras se reciben enemas) o la urofilia (el gusto por la orina, activa o pasiva), entre muchas otras. Hay, incluso, foros de internet en el que hombres muy futboleros admiten que su mayor fantasía es encamarse con parejas que vistan la camiseta de su equipo (no especifican si gritan “gol” en el clímax del asunto).

Fuente: El País

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