Ahora
Aumentan las expensas y el nuevo Código Civil suma gastos
“Qué bonita vecindad”, exclama la canción, popularizada por Chespirito. “Qué bonita vecindad”, repite. “¡Y qué cara!”, podría agregarse, si se quisiera reflejar el malestar que sienten millones de argentinos cuando llega, mes a mes, el momento de pagar las expensas. Porque los montos vienen subiendo más que los sueldos. Y el nuevo marco legal para los edificios, vigente desde agosto, llegó con nuevos incrementos.
En la Ciudad, donde 3 de cada 4 viviendas son departamentos, los vecinos ya habían pagado en julio expensas casi 32% más altas en promedio que un año antes, frente a una inflación que avanzó 24,8%, según midió el gobierno porteño. Así, para una familia tipo, el pago ya ronda los $ 827,52 y es el principal gasto en servicios para el hogar, por encima de rubros como gas, luz y agua, pero también educación, comunicaciones, transporte público, esparcimiento y cuidado personal, entre otros.
“En edificios con todo en regla, las expensas subieron 30 a 35% en promedio. Pero en los que tienen obras pendientes o el gas cortado, los números llegaron a duplicarse. Otra vez, las subas le ganaron a la inflación”, coinciden en la Asociación Civil de Administradores de Consorcio (AIPH), donde señalan como principal causa el aumento salarial del 27,4% dado a los encargados. Pero también las subas en tasas municipales, servicios e insumos, y las mayores exigencias en materia de controles.
Pero, como si esto fuera poco, el mes pasado el cóctel sumó ingredientes. Por un lado, por la quita de subsidios, muchas facturas de gas llegaron hasta 700% más caras que el año pasado, lo que impactó fuerte en las expensas de edificios con servicios centrales. Por otro lado, el nuevo Código Civil, que desde el 1° de agosto reemplazó a la ley 13.512 de Propiedad Horizontal, llegó con costosas sorpresas.
Una es que la norma declaró como “necesariamente comunes” a las cañerías de gas y de agua “en toda su extensión”. Es decir, hasta las canillas o los artefactos mismos. Con lo cual, se acabó el debate sobre quién paga los arreglos.
“En el 20 o 25% de los edificios del país, por reglamento, las reparaciones corrían por cuenta del propietario si el desperfecto estaba dentro de su unidad, o incluso entre el medidor y el departamento. Pero en agosto eso quedó anulado y ahora todo lo debe hacer el consorcio. Entonces, la suba de expensas será importante”, anticipó Adrián Hilarza, presidente de la AIPH.
“Cada arreglo de un baño, cocina o lavadero –ejemplificó– puede aumentar del 15% al 20% los gastos del consorcio. Y por lo general, en edificios de 30 o 40 unidades de más de 30 años de antigüedad, cada mes surge al menos una reparación. A eso se suma que, como antes todo lo pagaba el propietario, muchos venían postergando o emparchando trabajos, y ahora empiezan a pedir que el consorcio les resuelva todo lo pendiente”.
Pero hay más. El Código igualó a consorcios con empresas al definirlos como “personas jurídicas”. Eso trajo la posibilidad de pedir créditos, comprar inmuebles o hasta quebrar. Pero también, impuso costosas obligaciones.
Ricardo Paolina, socio del estudio Lisicki, Litvin & Asociados, advirtió que, al ser personas jurídicas, “desde el 1° de agosto los consorcios quedaron obligados a registrar todas sus operaciones en libros comerciales y a presentar balances anuales firmados por un contador público”.
Para cumplir esas obligaciones –aseguró– un consorcio común debería contratar a un contador por lo menos una vez al año, con costos no menores a $ 10.000 o $ 15.000 que se cargarán a las expensas. Pero si el edificio además tiene ingresos por publicidad o por alquiler de locales, según Paolina, se suman liquidaciones mensuales de impuestos que pueden elevar la suma “en forma considerable”.
La presión, así, crece sobre expensas que para muchos se vuelven imposibles. Miguel, un vecino de Palermo, por ejemplo, se sorprendió hace días con una factura por casi $ 2.500, 56% más que un año antes. Otro consorcista, en Colegiales, pagó $ 1.253, un 48% más.
Alicia Giménez, al frente de la Unión de Consorcistas de Argentina (UCRA), contó que las quejas crecieron: “Mucha gente nos llama desesperada por subas del 50 o el 100%. En muchos edificios empiezan a anular los servicios centrales para atenuar, pero no alcanza”.
Los afectados no son pocos. En Argentina, habitan departamentos casi cinco millones de personas, de las cuales 6 de cada 10 son vecinos de Capital y el Conurbano.
Fuente: Clarín
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