Galerías de arte: un circuito que crece en Villa Crespo

Está en pleno crecimiento desde lo comercial y lo edilicio. Limita con la movida palermitana y tiene fácil acceso a través de las avenidas Corrientes, Córdoba y Juan B. Justo. Aun así, conserva cuadras tranquilas de casas bajas y espíritu familiar. Con este currículum, Villa Crespo se convirtió en una atracción para una decena de galerías de arte contemporáneo que desembarcaron en el último año y medio para impulsar su actividad.

La última en llegar fue Pabellón 4, que tras permanecer 19 años en Palermo se mudó a una vieja casona de la calle Velasco al 500. En julio inauguró una muestra de 13 artistas compuesta por pintura, dibujo, escultura, fotografía, video e instalaciones. Un par de meses atrás se había asentado Ruth Benzacar, un ícono entre las galerías del rubro que llega desde el Microcentro y que este año cumple medio siglo. “Elegimos Villa Crespo porque está bien ubicado y además nos motivó que ya había otras galerías instaladas como para poder generar un circuito temático. Era algo que nos interesaba”, cuenta Mora Bacal, nieta de Ruth y encargada del local, un galpón restaurado de 650 metros cuadrados en Velasco y Humboldt.

Lejos de fomentar la competencia, los galeristas proponen complementarse para darle mayor visibilidad al arte contemporáneo. “Lamentablemente no tiene el peso que se merece por su calidad y cantidad. La idea es juntarse para crecer, así como ocurrió en el barrio Chelsea de Nueva York o en otras áreas de París y Madrid”, comparte Nora Fisch, quien se ubicó en un PH de Córdoba y Thames que había funcionado como mueblería. Nora destaca el auge de la zona, los outlets de ropa en la calle Aguirre, la proliferación de bares y restaurantes y, por qué no, los costos más económicos en comparación con Palermo.

En el último tiempo también se establecieron Gachi Prieto y Document Art, que se sumaron a las pioneras en el barrio, La ira de Dios, Slyzmud y Teresa Anchorena. Estos espacios promueven conjuntamente el ciclo “Abre Villa Crespo” el primer sábado de cada mes, cuando reciben al público y exhiben sus obras en horario especial, de 11 a 16. Para la próxima cita elaboraron un mapa explicativo con todos los complejos adheridos y sus artistas. Es la excusa perfecta para afianzar el flamante circuito en un radio chico y atraer a los vecinos y turistas.

Como las galerías tienen un rol cultural además de comercial, la mayoría genera actividades más allá de las exposiciones de turno. Por ejemplo, Nora Fisch organiza charlas con artistas, repertorios teatrales y hasta recitales; en Gachi Prieto trabajan con un taller de formación para artistas y curadores, quienes a fin de año presentan su propia muestra; Document Art cuenta con una biblioteca de consulta y próximamente con una residencia de intercambio con curadores internacionales; y Teresa Anchorena se dedica también a la restauración y diseño de muebles de campo.

Fuente: La Razón