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Vecinos de Colegiales buscan frenar la construcción de una plaza-shopping
“¿Me das una mano compartiendo y firmando esta petición?”. El pedido lo hace vía WhatsApp Hernán Glatsman, vecino de Colegiales, que impulsa en la plataforma Change.org una recolección de adhesiones bajo el eslogan “Sí a la Plaza Clemente. No al shopping“.
Hace algunas semanas, empezaron los trabajos de limpieza del terreno delimitado por las calles Dorrego, Enrique Martínez, Concepción Arenal y Conde. Hace más de 20 años que los vecinos de la zona reclaman que allí se construya un espacio verde. Y hace diez que la Legislatura los respaldó y aprobó la creación de la Plaza Clemente con la sanción de la ley 2567 en esa manzana, que en el Código de Planeamiento Urbano está catalogada como urbanización parque o zona UP.
Según denuncian los vecinos, las obras que acaban de comenzar en la parcela no tienen como destino una plaza, sino que, afirman, allí se construirá “un shopping a cielo abierto“.
Mediante un decreto firmado hace dos años, el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la licitación pública para la construcción de una playa de estacionamiento subterráneo en ese predio, situado junto al Mercado de Pulgas. Pero, además de las 250 unidades de cocheras distribuidas en los subsuelos, el diseño del proyecto contempla “la creación de dos taludes, que progresivamente van ganando altura, rematando con una cubierta verde, favoreciendo la realización de proyecciones abiertas vinculadas con actividades culturales y sociales”.
Así se desprende del pliego de especificaciones técnicas presentado por la empresa que llevará adelante la obra, la UTE conformada por Prospert SA y Borok SA, a la que también se le adjudicó la concesión por 30 años de locales que funcionarán al amparo de esos taludes.
Toda esa superficie, según consta en los planos presentados, representa unos 1431 m2 de construcción, con una limitación de altura de cuatro metros.
Según la definición de Gustavo Beade, un vecino histórico del barrio de Colegiales, “no es otra cosa que un shopping a cielo abierto, cuando por ley eso debe ser una plaza“. Los trabajos de saneamiento del terreno, explicó Beade, empezaron hace algunas semanas, lo que reavivó la polémica.
“Debajo de esos dos puentes con terrazas verdes funcionarán locales comerciales y gastronómicos, pero es una obra ilegal porque el terreno está catalogado como zonificación UP, de exclusivo uso público y donde los usos comerciales no están autorizados“, señaló Beade.
El vecino, que participa activamente del reclamo, agregó: “Desde 1991 hasta 2004, el lote estuvo usurpado por la Fundación Romay, de Canal 9, que la utilizaba como depósito; luego se recuperó y, en 2007, la Legislatura porteña aprobó la ley 2567 y ordenó la creación de una plaza. También funcionó allí durante poco más de cinco años el Mercado de Pulgas, mientras se reacondicionaba su histórico predio a la normativa vigente. Quedó desocupado nuevamente en 2011 y, ese mismo año, vino Diego Santilli [por entonces ministro de Ambiente y Espacio Público, hoy vicejefe de gobierno] y nos prometió la plaza. La Plaza Clemente, por la que venimos batallando desde hace más de veinte años, pero nunca se hizo nada”.
El nombre propuesto para el espacio verde tiene que ver con la cercanía del predio a la Plaza Mafalda. En rigor, según algunos testimonios recolectados por La Nación, muchos vecinos de la zona imaginaban para el barrio la creación del “Parque Quino“, que conectaría los distintos predios bajo un mismo concepto que los unificara.
Con respecto a la opción de que haya más estacionamiento en la zona y la construcción de cocheras subterráneas, algunas opiniones están a favor. Por ejemplo, Beatriz Goldbart reconoció la falta de espacio para estacionar en la zona, sobre todo cuando se organizan ciertos eventos, como la Feria Masticar, que cada año convoca a una mayor cantidad de público. “Podrían hacerlo también debajo del predio El Dorrego, pero si eligen esta manzana la condición es que sobre el nivel cero construyan la plaza, como dice la ley“, consideró Goldbart, y confirmó la presencia de máquinas excavadoras en el predio en las últimas semanas.
“Hasta Navidad hubo movimiento y colocaron el cartel de obra sobre la calle Conde, porque por allí casi no circula gente y entonces queda bien escondido”, sumó Beade. Ayer, La Nación detectó a una excavadora inactiva detrás de las tapias que rodean el espacio.
Para impedir la concreción del proyecto, el sociólogo y vecino Carlos Wilkinson y Romina Braga, miembro de la junta comunal Nº 13 por la Coalición Cívica, promovieron el año pasado una acción de amparo colectivo en la que solicitaron una medida cautelar urgente que frene las obras. “Se hicieron distintas presentaciones, pero el juez nunca les dio lugar. Hay una ley que solo autorizó la construcción de estacionamientos subterráneos. No está permitido ningún otro tipo de uso complementario“, dijo categórico Wilkinson.
Por su parte, la comunera Braga entendió que esas “terrazas verdes” no respetan el parquizado que por ley le corresponde a esa manzana. “Sobre todo si tenemos en cuenta que Colegiales tiene un marcado déficit en cantidad de espacios verdes”, detalló.
Ante la consulta, fuentes del Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología porteño respondieron que “la obra todavía no comenzó porque resta la aprobación de los planos”. Y coincidieron con los vecinos en que, hasta el momento, solo se limpió el predio. “No hay fecha confirmada para el inicio de los trabajos”, sostuvieron.
Con respecto a la iniciativa que encendió la polémica, indicaron que “surge de un proyecto de la Legislatura y contempla la construcción de una playa de estacionamiento (con prioridad para los vecinos), locales comerciales y una plaza, que con un formato de distintos niveles permitirá la mejora en dos aspectos: la falta de espacios verdes en la zona y las dificultades para estacionar”. En referencia a la viabilidad, la respuesta fue que “cumple con la normativa porque dentro de la zonificación UP se permite la combinación de un espacio verde con la construcción de una playa subterránea”.
Los vecinos, insisten, no se oponen a la construcción de las cocheras subterráneas en combinación con la creación de la plaza. “¿Es lo mismo una plaza que dos puentes de cuatro metros de altura con pasto en el techo?”, cuestionó Wilkinson, que a pesar de la feria judicial impulsará en los próximos días un pedido especial de habilitación para que el juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario a cargo de Marcelo López Alfonsíndicte la medida cautelar solicitada.
Déficit de verde
Según el anuario 2016 de la Dirección General de Estadística y Censos porteña, la Capital ganó 18,9 hectáreas de espacios verdes durante ese año; pero el dato no es del todo alentador, ya que en 2015 había perdido 27 hectáreas. La ciudad se mantiene lejos del mínimo de superficie verde recomendado por la ONU, que es de 10 m2 por habitante. En Buenos Aires la cifra se sitúa en 6 m2 por habitante.
Este es otro de los argumentos que esgrimen los vecinos de Colegiales para reclamar la construcción de la Plaza Clemente. “La comuna 13 está muy lejos de los estándares recomendados. Colegiales es un barrio densamente poblado, donde sobran edificios y el desarrollo inmobiliario no necesita ser promovido por el Estado. Se mueve solo, pero existe una enorme deficiencia de espacios verdes públicos”, sostienen. NR
Fuente consultada: La Nación
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