Un recorrido gastronómico por Villa Urquiza

Una zona apacible, de empedrado antiguo y vecinos que intercambian saludos al cruzarse. Este barrio del norte de la Ciudad, tradicionalmente residencial, alberga un pequeño polo gastronómico
que de a poco empieza a crecer: a lo largo del boulevard Mendoza, entre Barzana y Triunvirato, se agrupan cafés y restaurantes -algunos pertenecen a franquicias, otro son emprendimientos locales- que le dan un giro diferente a la zona. La mayoría abiertos desde el desayuno hasta la cena, con menús especiales para almorzar o promociones para compartir al atardecer. En los últimos años la zona tuvo un boom inmobiliario, con nuevos edificios, la extensión del subte B y muchos nuevos vecinos que llegaron a la zona.

“Antes el área gastronómica más fuerte de Villa Urquiza estaba en torno a la estación de tren, pero nunca tuvo tanta relevancia como está ganando ahora el boulevard. Con los nuevos edificios y la llegada de nuevos vecinos a la zona hay más público. También aparecieron marcas con franquicias que se suman a los clásicos del barrio”, cuenta Antonio Del Villar, quien a fines de 2011 abrió una sucursal de Almacén de Pizzas (Mendoza 5334). Vecino del barrio “desde siempre”, vio cómo fue evolucionando el barrio y decidió apostar a un nuevo local (ya tenía otro de esa marca en Colegiales). “Ves que quien viene a comer llega caminando, pasó a buscar a los chicos por el colegio, salió a hacer algún trámite o se junta con su familia y sus amigos, que también viven cerca”, cuenta.

Due Amici (Mendoza 5234) es una confitería-restaurant tradicional, de esas ideales para comprar facturas y masitas y llevar a casa, sentarse a tomar un café entre amigos o cenar en una mesa grupal. Los dueños también son de Urquiza y abrieron el local cuatro años atrás. “La mayor actividad se da de jueves a domingos por la noche, cuando se juntan grupos de amigos, parejas jóvenes, la mayoría del barrio”, cuenta Emanuel, el encargado del local.

La última apertura de este polo gastronómico es Le Blé, ubicado en una casona antigua reformada, en la esquina de Mendoza y Buccarelli. Este es el local número 12 de la marca de pastelería: tiene un patio delantero y mesas en la vereda para sentarse al aire libre, y funciona también con take away. Otras franquicias que eligieron la zona son Taco Box, que abrió una sucursal sobre Barzana, e Itamae, el restaurant y delivery de comida japonesa que se instalará también sobre Buccarelli.

La heladería Fragola fue pionera aquí: con su fábrica en Martínez y varios locales en la zona norte del Conurbano, hace siete años eligió esta esquina para abrir su única sucursal porteña. Varios vecinos eligen las mesas de la vereda para sentarse a pasar el rato y ver la gente pasar. Nadie duda cuáles es el sabor estrella que hay que pedir: el chocolate Fragola, con helado de chocolate semiamargo, almendras caramelizadas, bombones rellenos de dulce de leche y dulce de leche repostero fresco. En la esquina de enfrente está La Quadra, una parrilla que abrió en 2010 y que propone menús ejecutivos para ampliar la oferta y que no quede sólo en un destino nocturno.

“La zona creció y aparecen nuevas propuestas. Acá tenemos tanto carnes elegidas especialmente como platos de autor”, cuentan en Estirpe, que aunque queda a unas cuadras del boulevard (está en Avalos 2184) también entra en el radar. El mozo recita de memoria los platos que más salen, las especialidades de la casa: Carrillera de ternera con puré mixto y crujiente de yuca, Degustación de carnes, Raviolones fritos de cordero y Sopa de chocolate blanco con helado de mango. Otro restaurante que queda unas cuadras más allá es Magritte (Olazábal 5501), un pionero y ya clásico de Villa Urquiza, especializado en pescados y mariscos. Corrido de los destinos tradicionales gastronómicos de Buenos Aires, con propuestas variadas y un ambiente calmo, así se arma de a poco un nuevo barrio para salir a comer.

Fuente: infogourmet