Circuitos
Recuperan una casona centenaria de Retiro que estuvo cerrada por más de dos décadas
Delicada e indómita: la casona ubicada en Basavilbaso 1233, en el barrio de Retiro, se rebeló a los mandatos de las normas del código de edificación porteño. Su importante portón de ingreso no mira de frente a la línea municipal. La ignora. Mira hacia un pequeño jardín, que asoma a su lado. Un jardín con una fuente de hierro profusamente ornamentada. En ella crece una suerte de berro de agua que no hace más de aportarle belleza a este jardín casi secreto.
La casona abrió al público en solo dos oportunidades: para la edición número 30 de Casa FOA, en 2015, y este fin de semana, para alojar las actividades Art Basel Cities Buenos Aires. Pero estuvo cerrada por más de dos décadas.
Forma parte de un barrio con una fuerte impronta de la arquitectura francesa que desembarcó entre fines del 1800 y principios del 1900. Esta residencia se construyó en 1906. Fue encargada por Alejandro Estrugamou, un terrateniente de Venado Tuerto, hijo de inmigrantes vascos-franceses. Si bien muchos de sus herederos también conservan el apellido, hoy las ramificaciones familiares llegan hasta otros, diversos.
Según pudo saber Clarín la casa tiene 26 herederos. Recientemente tuvieron la oportunidad de venderla, pero la operación se cayó. Desde el ministerio de Modernización -como parte de la organización de Art Basel Cities– explicaron que fue alquilada para el evento.
En el último año el barrio estuvo sometido a una gran obra de infraestructura: las veredas se ampliaron, se quitaron los espacios para estacionar y muchas calles son de “prioridad peatón”. Lo que vuelve a la zona más amable para turistas y curiosos. Una esquina clásica para arrancar las visitas por el barrio es la de Cerrito y Arroyo: allí se encuentran dos palacios, los de las embajadas de Francia y Brasil. Cruzando la 9 de Julio, se pueden ver los edificios Bencich (Arroyo al 800), y en Esmeralda y Juncal, el Estrugamou, el edificio que don Alejandro mandó construir como inversión en rentas. El paseo puede continuar por Basavilbaso 1233 y a metros, el Palacio Anchorena, sede ceremonial de la Cancillería. Más adelante, los palacios Paz y Haedo, y la Plaza San Martín y el Kavanagh.
Breve recorrido por un barrio que tiene una casona caprichosa, que mira de costado a los curiosos. NR
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