Turismo
Joyas arquitectónicas: un recorrido por las majestuosas escuelas palacio de la Ciudad
Buenos Aires se caracteriza por tener una gran cantidad de edificios de estilo europeo, pero pocos saben que algunas de estas construcciones son escuelas públicas y que forman parte del patrimonio histórico nacional. La mayoría fueron concebidas durante las presidencias de Domingo F. Sarmiento y de Julio A. Roca como palacios que atrajeran alumnos a los que se les impartiría educación laica, gratuita y obligatoria. Sólidas estructuras, enormes patios y amplios salones siguen funcionando como establecimientos del Estado a los que a diario acuden miles de chicos a estudiar.
Frente al Teatro Colón hay un edificio que parece un templo pagano. Su valor arquitectónico es tal que próximamente será declarado monumento histórico nacional. Es la Escuela N° 7 Presidente Roca, en la calle Libertad 581. Tiene columnas monolíticas de granito, inscripciones en latín a lo alto y esculturas alegóricas de Giovanni Arduino. Fue inaugurada en 1903 y es obra de un marqués italiano de la generación de 1880, Carlos Morra.
“Se construían de acuerdo con las teorías pedagógicas de Sarmiento, que indicaban que debían funcionar en edificios monumentales, en sintonía con la importancia asignada a la educación. Se proyectaban como si fueran palacios para que fueran atractivas para todos los chicos, especialmente los más humildes”, explicó en una recorrida con La Nación el arquitecto Gustavo Brandariz, autor del libro La arquitectura escolar de inspiración sarmientina.
Según los tratados de la época, estos edificios debían tener fachadas fastuosas, ser generosos en dimensiones, poseer techos de doble altura, contar con aulas higiénicas y ventiladas, tener excelentes condiciones acústicas, patios de gran tamaño y jardines. “Se avanzó a grandes pasos desde la era de la presidencia de Sarmiento, quien pensaba que los lugares de estudio debían ser de estilo neoclásico, hasta el gobierno de Roca, en el que primó el criterio de la belleza, con la construcción de grandes palacios-escuela con estilos italianizantes”, sostuvo el profesor de la Universidad Di Tella Fabio Grementieri.
En la esquina de la avenida Santa Fe y Paraná, ocupando casi un cuarto de manzana, se encuentra la Escuela N° 3 Onésimo Leguizamón. La inauguró Roca en 1886 y fue una de las 40 escuelas que se abrieron en Buenos Aires en un solo día. Esta enorme construcción italianizante de Recoleta también es obra de Morra.
Una de sus singularidades es que tiene gran cantidad de vestíbulos y patios para que los chicos jueguen en el recreo. Con similar estilo, Morra construyó la Normal N° 9, de la avenida Callao al 400, en Balvanera.
En Parque Patricios, como si fuera un palacio europeo a lo alto en una loma, funciona el Instituto Félix Bernasconi, declarado en 2009 monumento histórico nacional. Es una donación del empresario Bernasconi, quien pidió que se realizara “la edificación de un palacio para escuela” en la que por ese entonces era una zona pobre. El arquitecto Juan A. A. Waldorp, hijo de holandeses, diseñó una estructura de hormigón en cuatro plantas sobre lo que había sido la quinta de ocho hectáreas de la familia del Perito Moreno. Tardó ocho años en construirse y se inauguró en 1929.
“Es un típico exponente de arquitectura monumentalista de estilo florentino con influencia clásica. Para no afectar los sectores nobles, en 2014 se ejecutaron obras parciales sin alteración de la arquitectura edilicia”, detalló Jorge Caramés, asesor de la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos. El colegio, situado en Cátulo Castillo 2750, alberga a más de 4000 alumnos.
En la entrada principal hay dos esculturas basadas en la mitología griega del escultor argentino Alberto Lagos, y sobre el capitel sobrevive un reloj que durante años despertó a los vecinos. Cuenta con museo propio creado por la educadora Rosario Vera Peñaloza, dos piletas de natación, amplias aulas, un foyer y un auditorio con 400 butacas.
Otras instituciones educativas estatales que son emblema en la Capital son el Colegio Nacional de Buenos Aires, en el casco histórico; la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y la Normal Superior Nº 1 Roque Sáenz Peña, en Recoleta, y la Normal Superior N° 3 Bernardino Rivadavia, de San Telmo. Completan la lista la Bartolomé Mitre N° 5 y el Colegio Nicolás Avellaneda N° 4, en Balvanera.
El edificio que se convirtió en un ministerio
El fastuoso Palacio Pizzurno, sobre la calle homónima, sede del Ministerio de Educación de la Nación, también fue creado para ser escuela, destinada a 700 niñas. La construcción fue una donación de doña Petronila Rodríguez de Rojas, quien pidió incluir un templo, un asilo y una escuela para niñas en un edificio monumental de tres pisos, con museo, salones para clases y anfiteatros para física, química, historia natural y música.
Así fue como el arquitecto Carlos Altgelt diseñó un edificio con reminiscencias del Palacio de Versalles, típico exponente de la arquitectura francesa de moda a fines del siglo XIX e inicios del XX.
El sueño de Petronila nunca se cumplió. Cuando se inauguró, en 1893, albergó los tribunales, mientras que la escuela se localizó en una humilde casona de las cercanías. NR
-
Turismohace 10 años
Arquitectura: la asombrosa mezcla de estilos de Buenos Aires
-
Ahorahace 7 años
La historia del Cabildo, un monumento mutilado
-
Circuitoshace 10 años
Catalinas Sur, un encantador barrio de La Boca
-
Circuitoshace 9 años
De barrio obrero a joya de Barracas: la historia del elegante Monseñor Espinosa
-
Turismohace 10 años
La historia del lujoso Edificio Estrugamou de Buenos Aires
-
Saludablehace 10 años
Conocé la planta que regenera el hígado
-
Turismohace 7 años
La imperdible colección de esculturas del Jardín Botánico
-
Circuitoshace 10 años
Barrio Rawson, un secreto en Buenos Aires