Aire Libre
Godoy Cruz: una zona renovada
La calle albergó las usurpadas ex bodegas Giol y una zona roja.
(CABA) Hace poco más de cuatro años atrás, la suciedad y el abandono caracterizaban a parte de Palermo Soho, en las adyacencias del ferrocarril San Martín. Los vecinos se movían cautos, no era agradable transitar por allí; algunos incluso evitaban la zona. Hoy, la foto es mucho más amena, coinciden quienes habitan en los alrededores: el arribo de un centro comercial y del Polo Científico Tecnológico al lugar que ocupaban las ex bodegas Giol dio más vida al barrio y lo volvió “más placentero”.
Eugenio Zuñiga vive a escasas cuadras de Godoy Cruz y Soler desde hace 32 años. Pudo ver cómo su barrio se transformó con el paso del tiempo. “Los cambios fueron muy positivos. Antes, sólo caminaba por Godoy Cruz si era necesario. Era un foco muy inseguro. Estaba todo usurpado”, recordó el hombre ante LA NACION, mientras reparaba la cerradura de un edificio.
Atrás quedaron esas imágenes. De las ex bodegas Giol ya no hay rastros. En abril de 2011 fue demolida la última estructura que quedaba en pie. Allí residían entonces 39 familias de cartoneros que ocupaban el endeble inmueble, que corría riesgo de derrumbe. A lo largo de los 200 metros sobre Godoy Cruz, entre Soler y Paraguay, se erigió el moderno Polo Científico Tecnológico.
En el polígono fueron emplazadas las sedes del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), entre otros organismos. A pocos metros funciona, desde fines de 2014, el centro comercial a cielo abierto Distrito Arcos.
Constante
El ir y venir de personas en la zona se volvió constante. Conviven vecinos que sacan a pasear sus perros con empleados estatales que salen e ingresan de las oficinas. “Me gusta mucho el barrio. Voy al trabajo por Godoy Cruz porque está lleno de gente”, dijo a LA NACION Emilse, que trabaja en el Conicet. La mujer aclaró que algunos compañeros se quejaron de que al otro lado de las vías, sobre la avenida Juan B. Justo, el corredor está menos iluminado.
Los ciclistas circulan con confianza por la bicisenda que recorre Godoy Cruz mientras, a la par, decenas de automóviles se dirigen en sentido a la avenida Santa Fe. “Hace unos años ni pensaba en sacar la bici para ir a la facultad. Ya me habían asaltado dos hombres que salieron del predio tomado y no quería correr el riesgo de que me sorprendieran con la bicicleta porque no podría correr”, contó Lorena Alerce desde su rodado de dos ruedas. La joven vive en ese rincón de Palermo desde hace ocho años, pero sólo seis meses atrás se sintió lo suficientemente segura para “volver a rodar”.
Los terrenos linderos al ferrocarril ya no tienen ese aspecto abandonado y sucio que rememoraba Zuñiga. “¡El barrio está mucho mejor!”, resaltó Huber Olivera que vive justo enfrente del shopping. El hombre destacó que hay mayor iluminación y seguridad, sobre todo. “La seguridad privada que tienen dentro de los predios da una sensación de que alguien está cuidando”, reflexionó el vecino.
Leidy Quiroz sentía lo mismo: mayor resguardo. La joven, de nacionalidad boliviana, caminaba tranquila por la calle Guatemala, a metros de Godoy Cruz, con sus pequeños perros Teo y Niño. “Quedó muy bien la zona. Antes daba miedo recorrer el barrio porque parecía abandonado. Poca gente venía por acá. Pero ahora hay más movimiento”, dijo a LA NACION.
Carlos Torre, otro vecino, optó por ser más precavido: “Todavía se ven algunos arrebatos, sobre todo a turistas que salen del centro comercial exhibiendo sus bolsas”.
Aun así, el hombre destacó lo “placentero” de caminar por el renovado barrio. Torre contó: “Al regresar del trabajo puedo caminar por Godoy Cruz. Cuando los predios estaban tomados recorría tres cuadras de más para no pasar por esa calle. Bah, nadie iba por ahí. No sólo porque se tenía miedo a los ladrones, sino porque en el camino te cruzabas con ratas enormes o te metías en la zona roja”. Se refería a otro problema que padecieron los vecinos: la presencia de travestis y prostitutas que ofrecían sus servicios a lo largo de la calle.
Más verde
En poco tiempo, y como parte de la puesta en valor del barrio, los transeúntes podrán disfrutar también del Parque de las Ciencias, un espacio verde que se reacondicionó detrás del polo científico con mobiliario, una especie de auditorio y hasta un colorido puente que atraviesa la plaza. Está casi terminado, pero aún permanece cerrado porque resta concluir algunos detalles, según pudo saber LA NACION.
Gloria, que hace 14 años vive en el barrio, también se mostró conforme con los cambios, pero reclamó: “Las veredas frente a los nuevos emprendimientos están destrozadas”. Y así es: a la altura del 2200 y del 2500, algunas baldosas rotas fueron reemplazas, con suerte, por viejas alfombras; en otros tramos, la caminata se vuelve una especie de rally.
Impulso inmobiliario
“La zona volvió a estar dentro de Palermo”, resaltaron en la inmobiliaria Korn Propiedades. Antes, casi nadie buscaba mudarse allí. “Cuando ofrecíamos un inmueble en Godoy Cruz o su entorno, los clientes no querían ni verlos. Ahora, el lugar se sumó al circuito de venta y alquiler”, aseguró una empleada. El valor de las propiedades se niveló con el de las situadas a pocas cuadras, agregaron.
Estrella Pietrokovsky, de Palermo Propiedades, destacó otra ventaja: comenzaron a construirse edificios modernos en la zona. FB
-
Turismohace 10 años
Arquitectura: la asombrosa mezcla de estilos de Buenos Aires
-
Ahorahace 7 años
La historia del Cabildo, un monumento mutilado
-
Circuitoshace 10 años
Catalinas Sur, un encantador barrio de La Boca
-
Circuitoshace 9 años
De barrio obrero a joya de Barracas: la historia del elegante Monseñor Espinosa
-
Turismohace 10 años
La historia del lujoso Edificio Estrugamou de Buenos Aires
-
Saludablehace 10 años
Conocé la planta que regenera el hígado
-
Turismohace 7 años
La imperdible colección de esculturas del Jardín Botánico
-
Circuitoshace 10 años
Barrio Rawson, un secreto en Buenos Aires