Aire Libre
Los pétalos de la Floralis de Recoleta recuperaron el movimiento
Trece años después de su inauguración, y después de seis años de parálisis, la Floralis Genérica volvió ayer a moverse. El milagro ocurrió mientras se desplegaba un show visual, con proyecciones sobre la propia escultura y sobre una cortina de agua. La celebración terminó con un recital de Juan Carlos Baglietto y Lito Vitale, en la Plaza de las Naciones Unidas. Ahora, la enorme flor se abrirá sola con cada amanecer y se volverá a cerrar con la caída del sol, tal como lo soñó su creador y donante, el arquitecto Eduardo Catalano.
Desde su inauguración, en el año 2002, la única escultura con movimiento de la Ciudad tuvo problemas para abrir y cerrar. Con el tiempo, sólo se la accionaba en ocasiones especiales, hasta que en 2009 se rompió su sistema hidráulico y sus pétalos quedaron abiertos y expuestos a las inclemencias del tiempo. Tampoco funcionaban los sensores que detectaban la presencia de viento o tormentas fuertes. En septiembre del año pasado, un temporal ocasionó una rajadura en un pétalo, que cedió y quedó a apenas un metro del piso.
Para reparar la escultura, el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño recurrió a aportes privados. Por un lado, la empresa OCA se comprometió a apadrinar la plaza de las Naciones Unidas por tres años y se hizo cargo del arreglo de la escultura, que costó $ 4 millones. Reforzaron los cuatro pétalos más expuestos con estructuras de aluminio y recuperaron la sala de máquinas. Fue un trabajo de prueba y error, porque los planos originales están desaparecidos.
Mientras tanto, BGH aportó un sistema de sensores, comunicación y gestión de datos, que permitirá cerrar la Floralis en forma preventiva. Este cierre se podrá concretar tanto de manera automática local, cuando un anemómetro detecte vientos superiores a los 30 km/h, como desde la Dirección General del Sistema Pluvial de la Ciudad.
Por su parte, Philips instaló luces en los extremos inferiores de cada pétalo y en el centro de la escultura; y en cada uno de los cuatro pistilos de la Floralis. También iluminó la fuente. El sistema podrá ser controlado de manera remota por una computadora y se podrán crear efectos de luces.
Ayer a las 19, el jefe de Gabinete del Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, descubrió una placa junto al presidente de OCA, Patricio Farcuh. Después comenzó el show de luces “Buenos Aires en Flor, ambientado con ‘El tema del milenio’, de Lito Vitale. Mientras, la flor se fue abriendo lentamente, a pesar de que ya era de noche.
La fiesta continuó con un recital del propio Vitale junto a Baglietto. Después, la flor se volvió a cerrar. A partir de ahora, unos sensores detectarán las primeras horas de luz de cada día y la flor se abrirá automáticamente. De noche, al igual que ocurre con la iluminación pública, los mismos sensores detectarán la oscuridad y cerrarán la escultura.
La Floralis Genérica está hecha en acero inoxidable y tiene un armazón de aluminio y hormigón. Mide 22 metros de alto, pesa 18 toneladas y abierta alcanza los 32 metros de diámetro. Fue diseñada por el arquitecto argentino Eduardo Catalano, que la donó a la Ciudad en 2002 y falleció ocho años después, a los 92 años. Con su escultura, quiso representar a todas las flores. Y ahora, finalmente, este ícono de Buenos Aires vuelve a funcionar como la imaginó su creador.
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