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Los misterios de la estación Constitución

Hubo una época en que los pasajeros que llegaban o partían desde la estación Constitución, podían comer en un lujoso salón, mientras escuchaban una orquesta en vivo. Se accedía a través de unas puertas giratorias, que revelaban un enorme espacio iluminado por imponentes arañas y con paredes revestidas en madera. Aunque sea inimaginable para las miles de personas que atraviesan el hall central de la terminal, el salón aún existe. Al igual que los calabozos de una antigua dependencia policial.
Un gran salón comedor apareció durante las obras de restauración que se están realizando en la estación. Su ingreso está cerca de las boleterías próximas a la entrada de la avenida Hornos. Tiene entre 400 y 500 m² y forma cuadrada, con una punta redondeada en la esquina de Brasil y Hornos. Todavía está el entrepiso donde tocaba la orquesta. Y se entrevé el lugar donde había una cabina telefónica.

Detrás de algunas puertas se esconden los cimientos de la estructura original. Foto Cecilia Profetico.

El salón histórico de la estación, el balcón con boiserie con molduras en desde donde tocaba la orquesta en vivo. Foto: Cecilia Profetico
En la primera planta del salón, donde está el escenario de los músicos, el techo está coronado con una cúpula de vidrios coloreados. También están los restos de la antigua cocina, con su tiraje y mosaicos blancos.

El salón histórico de la estación. Vista desde el escenario de la orquesta. En los años 70 allí funcionaban las boleterías. Foto: Cecilia Profetico

La cúpula del salón histórico. Restauradores extrajeron una de sus partes para poder analizar sus componentes. Creen que fue coloreada años más tarde. Foto: Cecilia Profético

Acceso al salón de los leones. Las esculturas que coronan ambos lados de la escalera serán restauradas. Foto: Cecilia Profetico.
Hace unos años, una intervención anterior en la estación anuló su ingreso histórico por la calle Brasil. Allí, escondidos detrás de paneles de durlock, quedaron dos leones de mármol de Carrara que coronaban la escalera que subía hacia oficinas y áreas de gerencia. Ahora buscan recuperar el espacio y que los leones vuelvan a estar visibles.

Acceso de los leones. Las esculturas que coronan ambos lados de la escalera serán restauradas. Foto: Cecilia Profético.
La cúpula instalada entre 1902 y 1907, es el punto más alto de la estación. El ascenso empieza desde los grandes salones que los ingleses construyeron para su personal y termina en una escotilla, a 34 metros de altura, que conduce al campanario del reloj principal. Para llegar, hay que subir decenas de escaleras de mármol y de metal. La última es de vidrio y se encuentra debajo de un lucernario. La luz solar atraviesa toda la estructura e ilumina hasta los subsuelos.

La cúpula principal. Tiene más de 100 años y recién ahora recibe su primera restauración. Foto: Cecilia Profético
El esqueleto de la cúpula es de metal, las paredes de madera y, por encima, hay piedra volcánica cortada en forma de escamas -se llaman pizarras-. Las originales eran de Escocia, las actuales son de España. Una por una fueron reemplazadas a mano.

Los calabozos. En el edificio histórico de la avenida Brasil funcionó la comisaría División Roca. Foto: Cecilia Profético

Los calabozos. La dependencia luego fue trasladada al edificio de Hornos. Foto: Cecilia Profético
En el sexto piso de una de las patas del hall principal funciona la comisaría División Roca. Es una dependencia histórica que, en el pasado, estuvo en el edificio antiguo, sobre Brasil. Y que contaba con un sector de calabozos que aún pueden verse parcialmente. Para montar la división, parte de las viejas oficinas ferroviarias se dividieron con muros y rejas, pero poco quedó. Lo que hay son paredes descascaradas, tablones de pinotea incompletos, mampostería mordida y mucha luz natural.

Grandes salones. Funcionaron como oficinas administrativas y áreas de descanso para el personal ferroviario. Foto: Cecilia Profético

Escaleras. Hay de todo tipo y diseño. Conectan salones que funcionaron como oficinas administrativas y áreas de descanso del personal ferroviario. Foto: Cecilia Profético

Los calabozos. La dependencia luego fue trasladada al edificio de Hornos. Foto: Cecilia Profetico

Desde la cúpula hasta las galerías subterráneas las obras en marcha en la estación Constitución. Foto: Cecilia Profetico

Hay que atravesar decenas de escaleras de distintos materiales. Algunas de mármol, otra de metal y también, vidrio.Foto: Cecilia Profetico

Ventanas que pasan inadvertidas. Desde las viejas instalaciones de la comisaría se puede ver el hall central de la estación. Foto: Cecilia Profetico

Ventanas que pasan inadvertidas. Desde las viejas instalaciones de la comisaria se puede ver el hall central de la estación. Foto: Cecilia Profético

Patrimonio Desde la cúpula hasta las galerías subterráneas las obras en marcha en la estación Constitución. Fotos Cecilia Profetico
Fuente consultada: Clarin

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