Ahora
El director del Colón será el nuevo ministro de Cultura de la Ciudad
Conoce bien ese sillón de la Avenida de Mayo desde donde se maneja la cultura porteña. Ventanas a una de las cuadras más políticas de la ciudad, escritorios amplios, escaleras de estilo, Darío Lopérfido vuelve al antiguo edificio de La Prensa. Vuelve a estar al frente de Cultura. Lo hizo antes, cuando Fernando De la Rúa era Jefe de Gobierno y el cargo era el de Secretario. Con De la Rúa, Lopérfido se fue se fue después al gobierno nacional en 1999 y ahí, en la Casa Rosada, lo encontró el 2001.
¿Es difícil volver después del terible final de ese gobierno? “El fracaso colectivo del que formé parte en 2001 me hizo mejor persona –decía ayer–; uno templa el espíritu en la dureza, aprendés de la fugacidad, aprendés a no creerte que sos el rey del mundo, esas cosas que pasan con el poder. Vuelvo sin ningún espíritu de revancha. Y sabiendo, como republicano, que esto es algo de paso,”
Hace un tiempo que viene trabajando con este gobierno. Primero en la dirección del festival de teatro; después, del Teatro Colón. Su nombre sonó como ministro de Cultura desde que, en medio de las internas del PRO, apareció en una foto abrazado a Horacio Rodríguez Larreta. Se decía que no quería el ministerio, que prefería quedarse en el Colón. Ayer fue nombrado como ministro. Pero no dejará el Colón: será Director Artístico (“ad honorem”, aclara). Y habrá un Director General que no está designado, pero los pasillos hablan de María Victoria Alcaraz, actual subsecretaria de Patrimonio Cultural. Lopérfido, en tanto, tendrá tres despachos: el del ministerio, el del Colón y un tercero en la Usina del Arte, adonde irá también alguna subsecretaría.
-¿Por qué se quiere quedar en el Colón?
-Hay planes en marcha, hice la programación de este año…
-¿Se puede hacer las dos cosas?
-Voy a estar liberado de parte de las tareas. El eje de esta gestión en Cultura será cómo gestionaremos juntos Provincia de Buenos Aires y Ciudad. Por ejemplo, habrá un acuerdo fuerte con el Teatro Argentino de La Plata. Es un teatro con una muy buena orquesta y muy buen ballet y quizás no tienen tanto presupuesto para producciones; a veces podemos mandarles la producción física, el vestuario, las escenografía, para que ellos hagan una obra con sus cuerpos estables.
-¿Y qué pasará con el resto de los teatros de la ciudad?
-El San Martín va a ser un eje fundamental de mi gestión. Me crié en ese teatro, tiene que ser uno de los más importantes de Latinoamérica. Pero primero hay que terminar la obra que está en marcha, ahora tenés el obrador en el hall. Todos los teatros de la Ciudad son importantes, pero el gran teatro del drama, de la prosa, es el edificio de Corrientes 1551.
-¿Hay plata para terminar esa obra?
-Ahora están mandando el presupuesto y está contemplado. Espero que esté listo antes de mitad de año. También, el Teatro Alvear.
-¿Qué cambiará respecto de la gestión de Hernán Lombardi?
-Más allá de la gestión de Hernán, viene una etapa de cambio respecto de lo que pasó en los años del kirchnerismo. Hay que hacer una profunda reflexión sobre cierto bastardeo del kirchnerismo, que convirtió la cultura en propaganda política. Cosas como que un tipo se suba al escenario, cante cuatro canciones y diga “Viva Néstor”, la falta de tolerancia, que no trabajaran los opositores. Eso obliga a un replanteo de raíz y fuerte, pasar de un sistema donde te dicen lo que tenés que hacer y decir a un sistema donde te apoya para que hagas lo que querés.
-Mucha gente de la cultura expresó su apoyo a Scioli. Y las elecciones fueron parejas. ¿Qué pasa si alguien quiere subir y decir “Viva Néstor”?
-Que lo hagan, a mí me importa un pito. Si quieren hacer un papel patético que lo hagan, yo prefiero que un artista hable de Shakespeare, de Faulkner, de Beethoven, porque eso lo hace mejor artista. El artista que reflexiona sobre su arte es importante. El que reflexiona sobre el hecho político puede ser importante, pero como elemento de propaganda política no lo es.
-¿Qué aspectos hay que continuar?
-Todo. El gobierno de Macri ha hecho un aporte impresionante en infraestructura cultural. La Usina, el Museo de Arte Moderno… Lo que hablé con Larreta es que el Estado no sea un generador de contenidos siempre. Me interesa tanto lo que programo en el Colón como lo que se programa en el centro cultural de barrio.
-Justamente el gobierno de Macri tuvo conflictos con los centros culturales barriales.
-Es un fenómeno que existe, a veces es complicado por las habilitaciones, pero me interesa el fenómeno, no para adueñarme de él sino para ver cómo les podemos dar una mano. El Estado no debe conducir lo autogestivo sino ayudar.
-¿Alcanza la plata?
-El presupuesto de la Ciudad es bueno. Además voy a achicar estructuras, quiero algo más chico y más dinámico. Voy a juntar direcciones: Patrimonio, Casco Histórico y Museos se convertirán en una megadirección de Patrimonio que englobe todo.
-¿No la da miedo el desafío?
-No, no tengo miedo, no dramatizo. Es un trabajo que tiene como misión hacer llegar un insumo que creo que es básico par la vida: la cultura, el arte. Si la gente lo tiene, su vida es mejor.
Fuente: Clarín
-
Turismohace 10 años
Arquitectura: la asombrosa mezcla de estilos de Buenos Aires
-
Ahorahace 7 años
La historia del Cabildo, un monumento mutilado
-
Circuitoshace 10 años
Catalinas Sur, un encantador barrio de La Boca
-
Circuitoshace 9 años
De barrio obrero a joya de Barracas: la historia del elegante Monseñor Espinosa
-
Turismohace 10 años
La historia del lujoso Edificio Estrugamou de Buenos Aires
-
Saludablehace 10 años
Conocé la planta que regenera el hígado
-
Turismohace 7 años
La imperdible colección de esculturas del Jardín Botánico
-
Circuitoshace 10 años
Barrio Rawson, un secreto en Buenos Aires