Circuitos
El histórico Teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza suma una programación de cine
El cine teatro 25 de Mayo de Villa Urquiza, llamado cariñosamente “Petit Colón” o “el Coloncito” por los vecinos, cumple 90 años. Allí cantaron figuras como Gardel o Azucena Maizani y, también, había funciones de cine. Hasta 1982, cuando cerró y quedó abandonado durante 22 años. Pero gracias a la lucha de la gente del barrio, el Gobierno porteño lo compró en 2004 y lo puso en valor, para reabrirlo tres años después como centro cultural. Ahora, para celebrar sus nueve décadas, el Ministerio de Cultura de la Ciudad anunció que se volverán a proyectar películas. Y serán los vecinos los encargados de elegir el filme que dará inicio a este nuevo ciclo.
La película con la que el Centro Cultural 25 de Mayo recuperará su tradición cinéfila se proyectará el domingo 10 de marzo a las 19, gratis, en el frente del edificio de Triunvirato 4444. Así, el cine volverá a Villa Urquiza después de más de 16 años. Desde diciembre de 2012, cuando cerró el Gran Urquiza, el barrio se quedó sin salas.
Para el relanzamiento del 25 de Mayo como cine se puede elegir entre tres filmes, todos dirigidos por mujeres, porque marzo es el mes de la mujer. Son “Camila” (1984), de María Luisa Bemberg; “Yo soy así, Tita de Buenos Aires” (2017), de María Teresa Costantini, y “Recreo” (2018), de Jazmín Stuart y Hernán Guerschuny.
Hay tiempo hasta este jueves para votar. Se lo puede hacer a través de las cuentas de twitter del Gobierno porteño o la página web de Participación Ciudadana.
Los vecinos más antiguos de Villa Urquiza recuerdan cuando en la sala de Triunvirato podían ver tres películas en continuado por 25 centavos. El viejo proyector de 35 milímetros sigue estando y fue acondicionado para que vuelva a funcionar. Pero también compraron un proyector láser de 15.000 lumens full HD para los filmes en formato digital.
Además, arreglaron el lugar, con trabajos que incluyeron pintura, carpintería e iluminación en el vestíbulo, la sala principal, el patio de actores, la nueva terraza y otros espacios. También adquirieron nuevas butacas para los palcos de platea y pullman.
Al mismo tiempo, según indican en el Ministerio de Cultura porteña, incorporaron curadores cinematográficos al equipo del centro cultural, que serán los encargados de organizar las programaciones. El objetivo, explicaron, es “atraer a nuevas audiencias” y ofrecer películas nacionales que no se encuentran fácilmente o que son clásicos, para que el público más joven las pueda redescubrir en pantalla grande.
De marzo a noviembre, la programación principal incluirá películas destacadas de los últimos 90 años. Pero también habrá propuestas temáticas. En mayo presentarán una elegida por los vecinos. Durante las vacaciones de invierno, los más chicos tendrán su espacio, con una selección de filmes basados en cómics. Y en agosto, habrá un homenaje a Gardel con la proyección de películas sobre tango. Los encargados del Centro Cultural 25 de Mayo indicaron que la entrada valdrá $100.
“En Buenos Aires vivimos el cine con pasión, en las salas, en nuestras casas. Es parte de nuestro ADN. La vuelta al cine en el barrio de Villa Urquiza es una oportunidad para compartir esta pasión. Y celebrar esto en el espacio público con todos los vecinos del barrio, en familia y con amigos, es otra gran noticia. Además, el Centro Cultural 25 de Mayo es un espacio vital para la cultura”, dijo Enrique Avogadro, ministro de Cultura porteño.
El Cine Teatro 25 de Mayo fue diseñado en estilo barroco por el arquitecto Máximo Gasparutti. La piedra fundamental fue colocada el 25 de Mayo de 1925 y la sala abrió cuatro años más tarde, un 23 de mayo. La función inaugural fue al día siguiente, con una obra que reproducía los hechos históricos de la Revolución de Mayo. Y la primera película que se proyectó fue “Marquis d’Eon, el espía Pompadour” (1928), de Alemania, con Liane Haid.
Por aquel entonces, el Cine Teatro 25 de Mayo estaba arrendado por la empresa Corbicier, Wessels y Cía., que ofrecía espectáculos teatrales y musicales y cine. En su pantalla se proyectó “Lo que el viento se llevó”, pero también películas de vaqueros o de Disney. O las de Isabel Sarli. Más cerca en el tiempo, ya convertido en Centro Cultural, desde 2008 durante varios años fue una de las sedes del BAFICI, el festival de cine independiente de la Ciudad.
Pero el 25 de Mayo era mucho más que un cine: en la primera etapa de su historia por su escenario pasaron Agustín Magaldi, Edmundo Rivero, Bruno Gelber -quien lo eligió por su excelente acústica-, Jorge Salcedo, Azucena Maizani y Libertad Lamarque, entre otros grandes artistas. Y entre junio y septiembre de 1933, Carlos Gardel hizo una serie de presentaciones en el teatro y hasta dejó su autógrafo en los camarines. Dicen que en una de las funciones se quedó tanta gente afuera, que el Zorzal salió a la calle, se subió al paragolpes de un auto e improvisó otro recital.
Una sala recuperada gracias a los vecinos
El Cine Teatro 25 de Mayo estuvo a punto de convertirse en discoteca. Fueron los vecinos los que lo impidieron y lucharon para que reabriera su querida sala barrial.
Cuando el telón se bajó por última vez en 1982, la sala quedó invadida por el polvo y los gatos, que fueron introducidos para impedir que las ratas tomaran lo que había sido el Petit Colón de Villa Urquiza. No quedó en pie ninguna de las 1.650 butacas. Y la fachada barroca, por años, permaneció tapiada.
Los vecinos organizaron desde espectáculos en la vereda hasta petitorios para reclamar la reapertura del 25 de Mayo. En 2002, también presentaron una denuncia en la Dirección de Catastro de la Ciudad cuando notaron que se estaban haciendo reformas clandestinas en el lugar.
En 2003, la Legislatura porteña aprobó una ley declarando al edificio del teatro de utilidad pública y ordenando su expropiación. Un año más tarde, el Gobierno porteño lo compró y firmó la escritura por 5.520.000 pesos. En ese mismo momento anunció un proyecto de restauración y su reapertura como centro cultural, lo que sucedió el 21 de noviembre de 2007. NR
Fuente consultada: Clarín
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