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Un grupo inversor de EE.UU. quiere construir torres en el Campo de Polo
Un grupo inversor de Estados Unidos pretende adquirir los terrenos de la zona de la Avenida Del Libertador y Dorrego, en el barrio porteño de Palermo, una de las zonas más caras de la Ciudad donde el metro cuadrado cotiza entre los 3,500 y 4,000 dólares. La polémica del debate es que las tierras son propiedad del Estado, donde funciona, desde 1928, el Campo Argentino de Polo de Palermo.
El interés del sector privado aparece al mismo tiempo que la Asociación Argentina de Polo, que tiene la explotación del predio, se encuentra renegociando un contrato de concesión vencido desde el año pasado y que, de concretarse, representará un aumento en el monto del canon mensual, de acuerdo con las cifras que maneja la Administración de Bienes del Estado (AABE). El organismo, desde hace algunos meses, realiza un reordenamiento del patrimonio público a nivel nacional.
La sola posibilidad de que se concrete el proyecto, hasta hoy carente de apoyo oficial, preocupó no sólo al ambiente del polo, sino también a los vecinos de la zona y a especialistas que advirtieron sobre el avance del cemento por sobre los espacios verdes. Y públicos. El gobierno nacional intenta desmarcarse de la iniciativa privada aunque hay miembros del Gabinete que conocen las intenciones del grupo inmobiliario con origen en los Estados Unidos. Fuentes gubernamentales y de la Asociación Argentina de Polo confirmaron la información.
Aunque las conversaciones aún están en una etapa embrionaria, un antecedente inquieta a los interesados en mantener las canchas de polo como espacio verde. Meses antes de la creación de la Agencia de Bienes porteña ya se hablaba de una posible expropiación de los terrenos del Tiro Federal. El 9 de junio pasado se sancionó la ley que aprobó la formación del órgano capaz de negociar el predio de Núñez, declarado Monumento Histórico Nacional en 2005.
La Asociación Argentina de Polo se creó en 1922, pero fue en 1927 que, junto con la Comisión del Caballo de Guerra del Ejército, se planeó la construcción de las dos canchas inauguradas en 1928. En el mismo predio ya existía una en la que los oficiales del Regimiento de Granaderos a Caballo practicaban la actividad. Allí también funciona la Dirección de Remonta y Veterinaria del Ejército Argentino.El contrato de concesión para la explotación del predio se encuentra vencido, pero la asociación está negociando una prórroga por 20 años con la AABE. En los últimos meses el canon mensual pasó de $ 250.000 a $ 500.000, aunque en un próximo convenio podría elevarse a $ 800.000 de acuerdo a la valuación del espacio que realizó el Tribunal de Tasación de la Nación.
El proyecto de la Asociación entregado a la AABE prevé realizar obras que les permita generar ingresos para afrontar el canon. Por ejemplo, la instalación de locales para alquilar debajo de la tribuna de la cancha 1 (donde se juega la final del Abierto) y una posible apertura de un corredor comercial sobre Dorrego. También la construcción de un estacionamiento próximo a la cancha 2. Allí, el grupo estadounidense pretende elevar cuatro torres de viviendas, un espacio de 300 metros de largo y 180 de ancho.
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