Buenos Aires, 26/12/2024, edición Nº 3780
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Frozen sex, la nueva exposición de Marta Minujín

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La artista plástica Marta Minujín, acaba de inaugurar Frozen sex una exposición llena de enormes penes y vaginas pintados en gamas de rosas, color carne, flesh, como le gusta llamarlo a ella. Pero en realidad, Marta declara que lo ve más como un asunto formal: como un erotismo pintado en la época del SIDA (aunque todavía no se lo reconocía como SIDA. Era el año 73 en Nueva York; la obra era una bandera de cruzada contra el conservadurismo y, a la vez, un llamado de atención: sus amigos se estaban muriendo, y no se sabía bien de qué.

Son enormes pinturas de primerísimos planos -en la galería Henrique Faria- tienen el color de la carne enlatada, de las salchichas y de los jamones, dice Minujín. Y tienen (como todo en ella) la intención de sacudir al espectador.

Cuenta que días antes de la inauguración de la exposición, Minujín -que viene de ser homenajeada en el Museo del Barrio, de Nueva York- recorrió las obras junto a esta cronista. Esta muestra, cuenta, fue censurada en 1973 -bajo la presidencia de Juan Perón- en la galería de Álvaro Castagnino de Buenos Aires por presión de la Policía, pero que en 1974 pudo exponerse en Washington. Y hasta vendió varias de estas obras, allí. Mientras, con Marta caminamos por la muestra y paramos ante cada miembro erecto, cada vista de atrás y de adelante: colas, piernas, penes y vaginas: bienvenidos a la serie erótica de Marta Minujín (que algunos hasta podrían confundirla con un “porno soft”). En una sala complementaria se muestran otras obras, como el Obelisco de 1979. “Yo acá no hago pintura, hago una declaración, una propuesta”, explica la artista.

-¿Y qué querría decir con su propuesta?

-Que los órganos sexuales son tan importantes como la cara. Por eso, yo acá, en estas pinturas, en vez de hacer el retrato de una mujer ahí sentada en el sillón, hago el retrato de un pene, o de una vagina. Que no tienen por qué estar demonizados.

-¿Por qué sostiene que las personas están “demonizando” el sexo?

-Mi idea no es el sexo, así, sino el erotismo, que es otra cosa.

-¿Y cuáles serían las diferencias que establece entre sexo y erotismo?

-El erotismo es un metalenguaje del sexo. Es otro lenguaje del sexo. Y se ubica en la imaginación de la gente. Pero no necesariamente tiene que remitirse al acto sexual: podría ser sugerido, por ejemplo, a través de un clima erótico. Y además, el erotismo es una gran ciencia. Y es espiritual. Es una ciencia espiritual.

-¿Por qué dice que el erotismo es algo espiritual?

-Porque no se trata de la carne, sino de la mente. La carne y la mente no son lo mismo. La carne sola es como hacer una poesía sin colores. Y las personas lo deberían comprender de esa manera. Si yo pensara de otro modo, en estas pinturas pondría pelos, profundidad… Pondría otra cosa.

-¿Y estas pinturas son mentales, eróticas o porno?

-¡Nooooo! Son mentales.

Entonces Marta Minujín se para frente a la foto puesta como documentación complementaria de las pinturas, en una vidriera: es la foto de una vagina gigante. Y comenta, recordando: ¡Esta era buenísima…! Pero ya no la tengo. Se vendió o se quedó en el camino. No recuerdo lo que paso.

-¿Por qué decidió hacer esta serie sobre el erotismo?

-Por un lado, porque por ese tiempo había comenzado a aparecer el SIDA en Nueva York, aunque no se sabía qué era ni lo que estaba pasando. Mis amigos artistas, personas a las que conocía, comenzaban a morirse de maneras horribles… Después, sí, se descubrió lo que era y que, en realidad, había comenzado en los años 30 en Africa. Por otro lado me preguntaba, pero ¿cómo…? Hay retratos de reinas, de reyes… ¿Y por qué los órganos sexuales no están retratados…? Entonces ahí se me ocurrió lo de retratar las relaciones sexuales y los órganos sexuales. Dignificar los órganos sexuales que estaban siendo demonizados.

-¿Cómo se organizó para pintar esta serie?

-Estuve investigando durante un tiempo en Washington por todos los pornoshops. Y veía gente rarísima, como quien busca en una librería.. Bueno, estaban todo el tiempo ahí, todo el tiempo ahí, todo el tiempo ahí…. Obsesivos. Todo el tiempo ahí.

-¿Recorría los pornoshops y veía gente ansiosa?

-Sí, sí, pero no era que querían sexo total sino que buscaban. Es como una intriga, una curiosidad.Cierta forma de abstracción de la perversión.

-¿Cómo sería esto de la perversión abstracta?

-La gente puede ser perversa en su pensamiento pero no en su acción. En la mente humana puede haber muchas cosas pero no tenes necesidad de llevarlas a la práctica. Ese es el tema de esto: no es que yo incite a llevar a la práctica, sino que es algo que va mucho más allá. Es el erotismo. Y sin mente, no podes ser erótico.

-¿Quiénes son los modelos?
​-Mi marido y yo.

-¿Hace cuántas décadas que está trabajando?

-Seis. Seis décadas.

-¿El arte latinoamericano está explotando? ¿Está en un buen momento?

-No, en realidad pienso que no está explotando para nada. En el MOMA ahora, había una piecita así de chiquita con ¡Tarsila do Amaral!

-¿Entonces es una ilusión?

-No lo sé, pero yo no veo arte argentino por ningún lado cuando viajo. Por ningún lado.

-¿Y por qué piensa que eso es así?

-Fundamentalmente, estamos muy lejos. Somos como el arte australiano. La gente no quiere venir porque son doce horas de avión, mas llegar al aeropuerto, más todo, tardás 24 horas. Sólo los que se van a vivir afuera pueden hacer más cosas. Ahora va a venir de Art Basel (la movida de arte más importante del mundo), va a venir un artista como Maurizio Cattelan, pero eso no quiere decir que el arte argentino se valorice, porque en realidad no cuesta nada. Al lado de cualquier artista mexicano, que venden en un millón y medio, dos millones de dólares…

-Después de tantas décadas, ¿en qué dirección se fue moviendo su carrera?

-¿Sabés que pasa? Que si paro me muero. Pero además creo que tengo una misión y es la de estar constantemente sacudiendo a la gente. Mis obras son sacudones. El arte es para la gente. Pero no creo que pueda superar la obra del Partenón de libros prohibidos, no creo que la supere.

-¿Puede detallar quiénes fueron los modelos de estas pinturas eróticas?

Minujín sonríe.

-Mi marido. Mi marido y yo.

Frozen sex

Dónde: Galería Henrique Faria, Libertad 1630.

Cuándo: Hasta el 4 de julio, de lunes a viernes de 11.30 a 19.

Entrada: Gratis

Fuente consultada Clarin

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