Ocio
Con obras de hasta 300 años, continúa la 9° edición de la Feria del Libro Antiguo
Sucede una vez al año. Los libreros anticuarios de la Ciudad sacan a pasear sus secretos en un encuentro que reúne coleccionistas y curiosos con ganas de explorar el universo de los libros antiguos, las rarezas, los objetos de colección. Hasta el domingo, de 10 a 20, se puede visitar la 9° edición de la Feria del Libro Antiguo que se lleva a cabo en La Abadía, el maravilloso claustro de la iglesia San Benito, en Luis María Campos y Gorostiaga, recuperado el año pasado.
Rodeando el parque arbolado y bajo la galería se suceden los stands de los integrantes de la Asociación de Libreros Antiguos de la Argentina (ALADA). En la vitrina 14, de Victor Aizenman, se despliega un libro ilustrado de gran porte. “Es un poema de Oliverio Girondo que tuvo esta única publicación”, explica. ¿Qué más? “Podríamos destacar esta carta que Borges le dirigió a su amiga Marta Sánchez Herrero, ilustrada por el propio Borges. Sus dibujos son prácticamente desconocidos. Las malas lenguas dicen que había una especie de acuerdo con su hermana Norah, pintora. Ella dibujaba y él escribía”, cuenta. Una caligrafía microscópica, casi obsesiva, pero absolutamente legible.
Alberto Casares muestra un poema de Silvina Ocampo mecanografiado, que en el encabezado dice de su puño y letra que son los “últimos versos que le dediqué a Borges”. En Hilario hay libros históricos como el Informe Oficial de la Comisión Científica de Julio A. Roca. También se puede ver el material de Fernández Blanco, la librería clásica que se está mudando a Rincón 79. Y Los Siete Pilares, con textos de las vanguardias literarias latinoamericanas del siglo XX. “Hay demanda de historia argentina”, confirma Héctor Delgado.
Eduardo Orenstein se sumó hace cuatro años a ALADA con un rubro novedoso: la literatura popular. “Me especializo en historieta y cine, y en sus sistemas paralelos: fotografía y novela popular”, describe en su stand Rayo Rojo, y muestra la edición perdida de La vida del Che, escrita por Oesterheld e ilustrada por Alberto Breccia y su hijo (quienes destruyeron todas las copias) o La trilogía de la trata de blancas, de Alsogaray, sobre la Swi Migdal.
En Poema 20, de Diran Sirinian, hay una carta manuscrita de Sarmiento, la primera edición de Pedro Páramo y el relato fotográfico del viaje de Aarón Anchorena a la Patagonia, en 1902. Cerca está Alberto Magnasco, que termina de vender Jazz, de Matisse. En la Librería de Avila muestran con curiosidad un libro de 1687 en alemán gótico. Y también está Martín Casares, con su colección de arte.
Hay más, mucho más. Pero lo mejor es descubrirlo en el lugar.
Fuente: Clarín
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